Mi habitación está diferente, no se explicarlo, es la misma habitación en la que había estado muchas veces, en la que me había sentido cómoda, tantas veces reído y compartido momentos con mis amigos. Pero algo había cambiado, ya no me sentía a salvo en ella, de hecho ya no me sentía segura en ningún sitio de mi propia casa.

Reconozco los objetos de mi cuarto, las historias de cada uno de ellos, ahora son recuerdos vacíos de emoción. Las luces se han convertido en sombras, vivo en blanco y negro, veo en dos dimensiones, sin perspectiva ni profundidad y plana de emociones.

El hilo que me conectaba con los demás se ha cortado, si me tocan me sobresalto, me toco y no siento nada, ¿soy yo?, me miro al espejo y son mis ojos, es mi cara, es mi cuerpo pero ya no soy la misma, no me reconozco.

Algo se ha roto dentro de mi desde “la caída”, como yo lo llamo. No importan los detalles de lo ocurrido, estoy en “pausa”, vivo vacía, estar desconectada me da cierto consuelo.

Revivo una y otra vez lo que me pasó, estoy en constante peligro, está en mi presente, no logro pasar página, siento que ocurre una y otra vez, no acabará nunca, no puedo detener estas sensaciones.

Viviendo en el pasado

El trauma es una experiencia devastadora que causa un gran sufrimiento, supone una ruptura psicológica, una caída de los pilares básicos que nos sustentaban.

Las personas que han sido víctimas de un trauma pueden experimentar una y otra vez el suceso traumático, durante meses, años y décadas.

Las sensaciones relacionadas con el trauma se congelan en el tiempo, generando las imágenes, los olores, las sensaciones y sus cuerpos siguen reaccionando como si estuvieran siendo de nuevo traumatizados.

Estoy describiendo el Trastorno de Estrés postraumático (TEPT), quien lo padece conserva los recuerdos del trauma intactos, su efecto no se evapora con el tiempo, no se archivan en la memoria de nuestra biografía como el resto de los recuerdos.

Este fracaso en el procesamiento del evento traumático, en su integración se denomina proceso de disociación.

La disociación o distanciamiento de la realidad

La disociación hace que los recuerdos traumáticos tengan una existencia independiente del resto de experiencias. Se vuelven protagonistas, eclipsando las vivencias positivas de la persona, impidiendo obtener de estas últimas beneficios.

El estado de disociación consiste en una alteración momentánea de conciencia, de identidad y memoria, se puede vivir en los casos más graves como despersonalización y desrealización como hemos leído más arriba en el relato.

La disociación puede significar la perdida de coherencia de la propia imagen, del aspecto emotivo, cognitivo y comportamental, teniendo más o menos impacto, en función del grado, en la vida personal, laboral y social de la persona.

Huida psicológica: ¿Por qué disociamos?

La disociación en los casos más leves se considera un mecanismo de defensa porque es una huida psicológica al excesivo sufrimiento.

Su función es consentir que un afecto vivido como demasiado peligroso o ansiógeno para ser plenamente reconocido, actúe fuera de la conciencia.

El Trastorno de Estrés Postraumático se manifiesta de la siguiente manera:

• Activación fisiológica.

• Las vivencias traumáticas se quedan fijadas en el presente: como si el tiempo se hubiese paralizado, se produce un “flashback”, es decir, se reviven las sensaciones del trauma de origen con la misma intensidad.

• Mudez, incapacidad para saber que se siente, incapacidad de expresar emociones. Anestesia emocional.

• Se desconfía de los demás, se siente un mundo hostil y amenazante.

• Se evita enfrentarse a los recuerdos del trauma: se evita hablar de ello, se trata de escapar de los pensamientos.

Un desafío personal: pedir ayuda terapéutica

Para sanar es fundamental hacer frente al trauma, recoger cada fragmento de nosotros mismos, y hacerlo encajar de nuevo, aprendiendo a vivir con esta nueva unión.

Este camino puedes recorrerlo solo o dejarte guiar por un psicólogo. Confiar en un experto te ayudará a recuperarte antes, a manejar las emociones de rabia, culpa, vergüenza, miedo para que la herida sangrante cicatrice.

Recuperarse no consiste en olvidar, consiste en recordar.
Recordar para reducir el dolor.

Si quieres leer más sobre el estrés postraumático pincha aquí: https://www.psicologiabreveestrategica.com/psicologia-adultos-estres-postraumatico/

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Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.

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