La seguridad personal no solo hace referencia al plano físico sino al plano psicológico, ésta seguridad psicológica queda expuesta o comprometida en el acoso sexual.
Reconocer que eres o has sido víctima de acoso sexual es el primer paso para poder contarlo.
En ocasiones estamos tan inmersos en él porque lo estamos sufriendo que nos encontramos paralizados.
Otras veces el acoso sexual pertenece a un pasado escondido, lo hemos sufrido y bloqueado, o normalizado de tal forma para defendernos del sufrimiento, que ni siquiera lo registramos. Ha ocurrido, pero actuamos como si no hubiera pasado.
Pero al toparnos con esa persona acosadora nuestro cuerpo nos alerta, se estremece de miedo o asco.
Maltrato psicológico.
En nuestra sociedad es frecuente encontrar conductas hacia la mujer que entran dentro de la categoría de MALTRATO PSICOLÓGICO, conductas que dañan los derechos humanos, como el derecho a la dignidad, el derecho a la seguridad, el derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
RESPETAR AL INDIVIDUO Y EN PARTICULAR RESPETAR A LA MUJER es un objetivo deseable que excluye el acoso sexual.
Ser tratado con dignidad y respeto es un principio básico a cumplir en toda relación, nos hace sentir bien y nos da autoestima.
Conductas de acoso sexual.
La directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo define como acoso sexual “la situación en que se produce cualquier comportamiento verbal, no verbal o físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo.”
El acoso sexual lo pueden sufrir hombres y mujeres, y el acosador no tiene que ser necesariamente una persona del sexo contrario.
Serían conductas de acoso sexual por ejemplo:
- Insinuarse.
- Realizar comentarios obscenos.
- Manosear a una persona, tocamientos indebidos.
- Realizar gestos obscenos.
- Exhibirse o mostrar los genitales.
- Frotarse contra una persona.
- Presionar con tener relaciones sexuales por el motivo que sea.
La vergüenza.
La vergüenza es una de las emociones que experimentamos cuando nuestra dignidad se ve amenazada.
Cuando nos humillan la vergüenza da una ventaja al acosador, le protege de hacerse pública su conducta y de ser rechazado por la sociedad. La víctima de acoso sexual suele esconder, minimizar aquellas conductas de acoso que recibe y suele sufrirlas en silencio.
El estar en desigualdad de condiciones, como es el caso de un jefe a un empleado, el miedo al despido, el miedo a no ser creído actúa de freno a denunciar el acoso sexual sufrido.
Contra el acoso sexual.
Debes saber que la Unión Europea aplica el principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres y define el acoso sexual en la directiva 2002/73/CE, definida anteriormente.
En España el acoso sexual constituye un delito y está definido en la ley de igualdad entre hombres y mujeres (Ley Orgánica 3/2007).
Sal del rol de víctima, contando a alguien lo que te está ocurriendo.
Si eres testigo de una conducta de acoso sexual a una tercera persona denúncialo, no te conviertas en cómplice del acosador con tu silencio.
¿Cómo puede ayudarte un psicólogo?
Puede ayudarte a que aprendas a gestionar la situación de acoso sexual que estas viviendo, a que logres manejar tus emociones, a aumentar tu fortaleza para decir basta a una relación abusiva.
Si has sufrido acoso sexual en el pasado, el psicólogo puede ayudarte a cerrar la herida que te impide vivir con normalidad y dejar de sentirte amenazado.
La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia delante.
Sören Kierkegaard.
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Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.