Todos hablamos con nosotros mismos, sí todos!!!

¿Alguna vez te has dado mensajes a ti mismo del tipo: “se que puedo logarlo”, o “que torpe soy”, etc.?

Todos los días las personas manejamos un lenguaje interior con nosotros mismos que nos ayuda o por el contrario nos impide conseguir nuestros logros, porque este lenguaje influye directamente en nuestras emociones y éstas a su vez, están relacionadas con la actitud que tomamos frente al mundo, los demás y ante nosotros mismos.

Nuestros mensajes ya sean positivos o negativos, ya sean frases nuestras o escuchadas en las personas que nos importan, juzgan nuestras competencias en la familia, en el trabajo y en todas las áreas, incluso en las más íntimas de nuestra vida.

Nosotros podemos ser nuestros peores verdugos cuando nos decimos: “no merezco que me quieran”, “no voy a aprobar”, “me van a rechazar, para que intentarlo”, “no puedo”, “tengo que triunfar”… Estos pensamientos pueden poblar nuestra mente e invadirnos en soledad o en compañía y causarnos todo tipo de problemas.

Lenguaje interior

La mayoría de los mensajes se gestan durante la infancia, en ese momento en el que todavía no tenemos plenos recursos personales para afrontar las dificultades, en el que dependemos de los demás y en el que aceptamos como verdadero el punto de vista de las personas significativas para nosotros.

En la infancia somos muy influenciables, tenemos pocos filtros, nos creemos lo que nos dicen y cuando lo hacemos empezamos a actuar según esas creencias.

Estos mensajes pueden reforzarse y hacerse creencias firmes en la edad adulta, si no tenemos experiencias que nos hagan pensar que nos equivocamos, y/o si las personas que nos importan no nos dicen lo contrario.

“Tengo que triunfar”

Existe una autoafirmación muy extendida que si la llevamos a su última expresión te amargará la vida: “TENGO QUE TRIUNFAR”.

Es la imposición de que estoy obligado a triunfar en todo lo que emprenda, que tengo que alcanzar el éxito en todos y cada uno de mis objetivos, lo que lleva implícito un mensaje muy dañino: “si no lo logro seré un fracasado”.

Este mensaje negativo que esta presente en la mente de ciertas personas produce mucho sufrimiento. Consiste en adoptar una actitud perfeccionista en todas las facetas de la vida, paradójicamente obteniendo el fracaso.

La perfección no existe

No existe la persona perfecta, el pensamiento perfecto, la acción perfecta, el invento perfecto. El ser humano no es perfecto, es falible y comete errores. Gran parte de los aprendizajes importantes salen de nuestros errores cometidos.

Equivocarnos nos da el impacto emocional necesario para recordar y actuar de manera distinta la próxima vez, y es el motor para avanzar.

La exigencia de perfección es capaz de anular la acción. Cuando más ímpetu pongo en hacer algo muy bien, mi espontaneidad queda anulada, más tenso me pongo y menos perfecto me sale. El perfeccionismo siempre conduce a la imperfección y por tanto genera frustración y depresión.

El valor personal

“Tu vales aunque no ganes”.

Para ser feliz el valor personal debe estar unido a lo que eres y no a lo que logras.

Si cada vez que ganas eres un 10 y cada vez que pierdes eres un 0 a la izquierda, entonces seguramente te sentirás muy deprimido porque no es posible ganar siempre.

Cuando consigues un éxito es normal sentirse mejor, pero no aumenta tú valor como persona. El éxito no significa que te hayas hecho mejor persona, significa que has logrado un objetivo. Así mismo, asumir riesgos y poder fracasar no disminuye tampoco tu valor.

Cuando uno se quiere a si mismo se felicita si gana, y si pierde valora el hecho de haberlo intentado.


No es en vano que las personas con mejor autoestima sean aquellas que tienen más intentos fallidos que éxitos en su lista.

El camino hacia el éxito consiste en duplicar tu tasa de error.

Thomas J. Watson

Ser perfecto no es placentero

La obsesión por la perfección y conseguir el éxito a toda costa está relacionado con el deseo de superar a los demás.

La conducta competitiva llevada al extremo impide tener amistades satisfactorias, por lo que centrar el objetivo vital en ser el mejor, te impedirá disfrutar de la vida con plenitud.

Intentar ser perfecto no solo no es placentero, sino que genera mucho sufrimiento.

Hay muchas psicopatologías que tienen que ver con el perfeccionismo. En los Trastornos de alimentación, una adolescente trata de conseguir el cuerpo perfecto aún a expensas destrozarse la salud y su vida social. Un chaval que padece dismorfofobia se niega a salir de casa convencido de su defecto físico, sus cejas no son perfectas.

En el Trastorno Obsesivo Compulsivo la ansiedad se controla a través de los rituales, por ejemplo un trabajador muy perfeccionista no puede dejar de revisar una y otra vez si ha enviado los mails, o una chica se pasa 3 horas bajo la ducha hasta que sus exigencias de perfección de belleza han sido satisfechas.

En ocasiones nos volvemos esclavos de la perfección para defendernos de un dolor emocional, un trauma; así una mujer que ha tenido una pérdida importante se vuelca de manera frenética en su trabajo, como medida de control de su ansiedad y para evitar pensar en su dolor.

Se pueden enumerar muchos ejemplos de personas que sufren cuyo denominador común es la búsqueda de la perfección. También puedo enumerar muchas personas felices, que han abandonado el intento de ser perfectas. El psicólogo es el profesional más cualificado para analizar tu caso, ayudarte a dejarlo atrás y encontrar maneras más sanas de funcionar.


 

Contenido no disponible.
Por favor, acepta las cookies haciendo clic en el aviso
Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.

Usamos cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia y realizar tareas de analítica. Estas cookies están desactivadas hasta que las aceptes. Por favor, acepta nuestra política de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar