La niñez se mide a través del sonido, olores y observaciones antes de que aparezca la sombra oscura de la razón.

Película: El niño con el pijama a rayas.

Los niños son extremadamente moldeables e influenciables por su contexto, son como esponjas que absorben los hábitos e ideologías familiares, que aprenden por la observación de la conducta de los demás, que son muy sensibles a las emociones y a las acciones de las personas más cercanas o significativas para ellos.

Aunque el miedo es adaptativo porque nos hace prudentes protegiéndonos de los posibles peligros, puede invadir la vida de un niño que hasta entonces era feliz. Generándole mucha ansiedad, incapacidad para conciliar el sueño, rechazo a dormir solo y fuera de casa, conductas de aferramiento hacia la madre, negativa a separarse de ella y cuando no hay más remedio manifestar mucha angustia.

La ansiedad infantil

Describiré un tipo de miedo o ansiedad infantil que hace referencia a niños que presentan miedo a ponerse enfermos y morir. Estos niños no quieren separarse de su madre, se ponen muy nerviosos cuando se alejan del hogar, al ir a excursiones, o cuando se les anima a dormir fuera de casa. Es frecuente que la ansiedad aumente por las noches a la hora de irse a la cama, cuando hay menos estímulos que les distraen de sus pensamientos aterradores.

La ansiedad infantil puede estar asociado a enuresis o encopresis.

Muchas veces el niño verbaliza con detalle sus miedos a la madre, al padre o a los hermanos, otras veces hablarlo le produce tanto temor que lo cuenta pero evita dar descripciones. Una cara de miedo o ansiedad por parte de la madre cuando el niño describe su temor puede reforzar el miedo porque para el niño nosotros somos la fuente de protección y si nos ven asustados ellos pensarán que tienen motivos de estarlo.

Nuestro cuerpo comunica, el tono de nuestra voz, los silencios entre palabras dan expectación destacando lo que vamos a decir, la velocidad del lenguaje transmite emociones positivas o negativas.

La expresión no verbal es sumamente importante en nuestras conversaciones y más con los niños porque todavía no captan ciertos mensajes. Una frase expresada con un gesto de alegría y con el cuerpo relajado tiene un significado distinto que la dicha con un gesto de ansia y con tensión corporal.

Es importante cuidar nuestro lenguaje corporal y que esté en sintonía con lo que decimos, porque unas palabras de tranquilidad con una expresión de inquietud trasmiten el mensaje contrario.

Los cambios fisiológicos del miedo

El miedo produce varios cambios físicos, uno de los más visibles es la tensión muscular, la rigidez de la postura, el lenguaje rápido y tartamudeo. Cuando escuchemos a nuestros hijos contar sus miedos ellos mostraran mucha tensión