La infancia es el momento en que solemos conectar más con nuestra parte lúdica, a través del juego tenemos la oportunidad de descubrir el mundo, aquello que nos gusta y lo que nos disgusta.

Os invito a que recordéis vuestros juegos preferidos, aficiones y a pensar qué es lo que os divertía de niños. Párate unos instantes a recordar que te gustaba hacer en el recreo o en el parque, si disfrutabas con algún deporte, o tocando algún instrumento.

El placer es crucial para nuestra salud mental, disfrutar la comida, de un deporte, disfrutar de una afición, tener un hobbie nos da la oportunidad descargar las tensiones.

Hacer aquello que te sienta bien sin sentirte culpable

La sensación de culpa por dedicarse tiempo es muy frecuente en personas extremadamente responsables, exigentes y perfeccionistas.

Se manifiesta a través de pensamientos que nos exigen una superación continua en todas las facetas de la vida: “tengo que ser la mejor”, “tengo que triunfar en cada cosa que emprenda”, “he de conseguirlo”. Esta tendencia llevada al límite impide dedicar tiempo para desconectar generando una sobrecarga tan grande que puede colapsar a la persona.

Muchas veces estos mensajes provienen de las voces de nuestros padres o personas que son o han sido importantes para nosotros y nos han marcado de tal forma que en la edad adulta las seguimos obedeciendo.

Incapacidad para pensar en si mismo

Pararse a pensar en uno mismo es una tarea difícil de conseguir, en unas ocasiones es el propio ritmo de nuestra vida el que nos lo impide: trabajamos hasta tarde, nos ocupamos de los niños o de las personas que están a nuestro cargo, cocinamos, vamos a reuniones y no tenemos ni un minuto para nosotros.

Otras veces nuestra vida es tan complicada, nuestras relaciones tan tóxicas, que nos enfrascamos en el trabajo o en actividades para huir de nuestra realidad. Evitamos pensar en nosotros para no sentir la angustia o escapar del dolor de una vida que odiamos y de la que nos sentimos impotentes para el cambio.

La pereza y la postergación

Nuestra vida está estructurada en horarios, en hábitos más o menos automáticos que nos ayudan a llevar una vida organizada.

Pero dentro del orden es importante introducir un pequeño desorden, es decir, tener la capacidad de ser flexible e introducir alguna tarea diferente que nos haga pensar en lo que estamos haciendo y si podemos disfrutarlo.

Llevar la rutina al límite significa ser incapaz de ser flexible e introducir cambios en nuestra vida.

Normalmente esos cambios conllevan beneficios para nosotros mismos, como empezar a caminar, ir al gimnasio, quedar a cenar, pero también un gran gasto de energía y a veces nosotros estamos en el último puesto de la lista.

Da prioridad a tus necesidades

Algunos adultos hemos integrado en nuestras vidas el placer que nos aportan los hobbies, continuando con algunas aficiones que teníamos de niños o creándolas.

Llegado a este punto nos podemos plantear si en la actualidad hacemos algo placentero y saludable, si nos gustaría hacerlo y empezar a fantasearlo.

Deja la culpa atrás

Escribe cada día todos los mensajes negativos que te impiden disfrutar y decide tirarlos a la basura.

No es una perdida de tiempo, tienes derecho a hacer aquello que te sienta bien.

Fija tus objetivos en pequeños pasos

Escribe una lista de tareas u objetivos, cada tarea divídela en mini objetivos, cada día introduce el más pequeño en tu rutina y ponlo en práctica mientras te centras en él con los 5 sentidos, cada día elige un mini objetivo diferente.

Vivir sin detenernos a pensar en nosotros mismos significa no tener en cuenta nuestras necesidades, descuidar nuestra salud física y mental, y nos va a causar a largo plazo una gran infelicidad.

Tarde o temprano tendremos que rendir cuentas con nosotros mismos.

Entre el sentido de culpabilidad y el placer, siempre gana el placer. 

Nietzsche

 

Contenido no disponible.
Por favor, acepta las cookies haciendo clic en el aviso
Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.

Usamos cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia y realizar tareas de analítica. Estas cookies están desactivadas hasta que las aceptes. Por favor, acepta nuestra política de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar