Estos días se está comentando la presunta Claustrofobia que padece la tonadillera Isabel Pantoja para beneficiarse de algún trato o medida especial en su inminente entrada en prisión. Hay que distinguir entre una fuerte angustia por la situación vital de ser encarcelada y un trastorno psicológico bien instaurado como es una fobia. En este artículo se tratará ampliamente el tema.

La palabra Claustrofobia procede del latín “claustrum” que significa “cerrado” y del griego “phobos” que significa “miedo”.

La Claustrofobia es un Trastorno de ansiedad que se caracteriza por una manifestación de ansiedad muy elevada al entrar en un espacio cerrado donde escapar puede ser difícil o embarazoso.

Una persona con el trastorno psicológico instaurado si es sometido a dicho espacio cerrado experimentará una elevada descarga fisiológica, ofreciendo diferencias según el individuo, desde una fuerte angustia con sensación de asfixia, lloro intenso, o un ataque de pánico etc.

Gradualmente la persona afectada con Claustrofobia no sólo experimentará pánico si es expuesta a su lugar temido sino que solamente pensando en ello su cuerpo activará la misma respuesta fisiológica que si estuviera presente. Desarrollará un miedo intenso a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarla, como la idea de morir.

Lo más trágico de todo es que la manera de defenderse será su verdadera condena, porque todo lo que alivia inmediatamente a la persona es lo que alimentará la Claustrofobia hasta cronificarla.

¿Una persona padece Claustrofobia de un día para otro o se instaura progresivamente?

La Claustrofobia siempre se desarrolla de forma gradual, tiene un periodo de gestación de aproximadamente 3 meses hasta que se instaura el trastorno y limita la vida de la persona. Su persistencia está en función de cómo se reacciona tras el primer suceso de ansiedad.

Por ejemplo si me he quedado encerrado en un ascensor y lo he pasado mal, y a partir de entonces evito sistemáticamente entrar en uno y si no tengo más remedio que subir movilizo todo de tal forma para hacerme acompañar, mi percepción se quedará anclada al episodio traumático. Mi emoción al ascensor se mantendrá teñida de miedo porque es la experiencia más cercana y potente que he vivido, por mucho que haya tenido experiencias exitosas anteriores de subirme a un ascensor estas eran neutras. Digamos que la carga negativa ha sido tan elevada que ha borrado los registro anteriores.

¿Somos esclavos o artífices de la Claustrofobia?

Somos artífices de la Claustrofobia. Escapar del miedo evitando el “lugar temido” y pedir ayuda reiteradamente alivia inmediatamente a la persona que más tarde desarrollará Claustrofobia, dañando lentamente su autoestima, cambiando la percepción que tiene de si mismo, de capaz a incapaz.

La confianza es un sentimiento ganado y aprendido en la experiencia y en el intercambio con los demás. El historiador, psicólogo y filósofo francés Michael Foucault añadía que las raíces de la confianza en la personalidad son profundas y su solidez se logra a través de confirmaciones y re-confirmaciones cotidianas, acumulativas e invisibles.

La persona que padece Claustrofobia evita todo pensamiento o situación que implique exponerse al espacio cerrado que teme y si no tiene más remedio de ir pide ayuda a los más cercanos haciéndose acompañar. Es común que la persona se auto-engañe para sentirse mejor: “Prefiero subir caminando en vez de coger el ascensor, así hago ejercicio”; “¿Puedes ir tu al banco?, que no me va bien” para sí no entrar en la cabina de seguridad de la puerta; “Mejor viajamos en coche, para qué volar con lo caro que es”.

Las evitaciones constantes no solo congelan la fobia sino que producen una generalización a otros “lugares cerrados”. Es decir, la persona que tiene fobia a estar encerrada en una habitación puede desarrollar una fobia a coger un tren o un avión donde pueda ser imposible salir si el pánico le sobresalta. Lo que era molestia mínima con el tiempo se convierte en algo muy limitante alimentando una sensación de incapacidad de la persona que perpetuará la Claustrofobia.

La Claustrofobia no distingue de medidas. Puede ser la fobia a entrar en espacios cerrados “pequeños” como cabina telefónica, cabinas de seguridad de bancos, puertas giratorias de hoteles o centros comerciales, habitación, celda, coches etc. o ser espacios más “grandes” como trenes, aviones, supermercados, grandes centros comerciales, salones de conciertos, polideportivos, cines etc.

No hay diferencias sustanciales en definición, persistencia y tratamiento psicológico de la Agorafobia y la Claustrofobia, en ambos casos aparece la ansiedad en situaciones donde escapar puede resultar difícil o embarazoso, o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso de que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares a la angustia.

De acuerdo con la etimología de la palabra, la Agorafobia procede de los términos griegos “ágora” que es “plaza” y “phobos” que es “miedo”. Está relacionada con el temor intenso a los “espacios abiertos o públicos” en los que pueden presentarse aglomeraciones y escapar puede ser complicado.

Podemos afirmar que existe un continuo que va de la Claustrofobia a la Agorafobia y que ambas tienen un tratamiento psicológico muy eficaz desde la Terapia Breve Estratégica.

¿Cómo podemos superar la Claustrofobia?

La Claustrofobia se puede superar completamente con tratamiento psicológico, así se demuestra en el 95% de los casos de fobias específicas que han sido curados con éxito a través de la Terapia Breve Estratégica (Resultados de eficacia y eficiencia de protocolos en el tratamiento de Trastornos de ansiedad, G. Nardone, Centro di Terapia Breve Strategica di Arezzo, Italia).

Para superar la fobia no es necesario una terapia larga focalizada en el razonamiento del sujeto, ya que los factores que alimentan el miedo patológico tienen que ver con conductas que sólo en parte hacen referencia al pensamiento consciente.

La Terapia Breve Estratégica se muestra muy eficaz contra las fobias al usar maniobras terapéuticas para hacer afrontar sin saberlo, creando un cortocircuito y eliminando el componente ansiógeno.

¿En qué consiste la Terapia Breve Estratégica contra la Claustrofobia?

Ante el pánico intentar controlar las propias reacciones es la mejor manera de amplificar las sensaciones corporales y de perder el control.

La técnica principal para hacer salir a la persona de la Claustrofobia es la Peor Fantasía, que consiste en un entrenamiento gradual donde se le enseñará a amplificar los miedos para que paradójicamente se reduzcan, es como ir a la caza de los miedos, tocarlos y que desaparezcan.

Es muy eficaz utilizar el miedo como recurso para superar la ansiedad porque se obtiene una remisión total de los síntomas de la Claustrofobia a largo plazo y una ausencia de efectos secundarios adversos.

 

¿Por qué tolerar la oscuridad? Todo ya está aquí y está claro si sabemos mirar con la atención debida.

Yann Martel

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Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.

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