La manipulación psicológica en la vida cotidiana es más frecuente de lo que nos imaginamos, una amistad tóxica está presente al menos una vez en la vida y debemos escapar de ella porque debilita nuestro carácter hasta convertirnos en marionetas.

Los amigos cercanos, esos que son tan valorados y que se cuentan con los dedos, a veces nos hacen pagar un precio muy alto por su amistad, es decir, en ocasiones nos transforman en sus juguetes y nosotros bailamos a su son, limitando nuestra libertad e impidiéndonos crecer como personas.

Cuando tenemos un amigo manipulador está asegurada nuestra desgracia si lo mantenemos en nuestra vida durante mucho tiempo.

Al principio la relación nos aporta estima y seguridad, nos sentimos felices de estar en su vida. Con el tiempo la relación no está equilibrada, tú das más de lo que recibes, sus deseos son ordenes para ti para evitar las consecuencias, y tus deseos no los solicitas, no son importantes. Acabas actuando cómo quiere tu amigo tóxico, sólo importa lo que él decide, tu actúas como un 0 a la izquierda.

Todos hemos caído en las redes de un amigo manipulador, nos envuelven, nos seducen con su simpatía y recursos, nos utilizan. Al principio nos prestan mucha atención, nos premian, con el tiempo nos castigan con su indiferencia o rechazo explícito si no cedemos a sus demandas.

¿Por qué mantenemos una amistad tóxica?

 

Cuando estamos dentro de una relación así el manipulador es muy hábil para hacerte sentir vulnerable e indefenso sin él.

Su mayor habilidad social, comparada con la tuya, te ofrece una manera fácil de acceder a los demás con menos esfuerzo, pero lo que te beneficia en un principio te perjudica a la larga, te convierte en su esclavo.

Los manipuladores usan comentarios repetidos como: “que vas a hacer tú sin mi”, “tu eres muy tímida”, “no eres capaz”, es un lavado de cerebro en toda regla que te hace sentir débil, funcionando como disuasorio de dejar la relación.

Un caso de manipulación

“Durante toda mi adolescencia fui fruto de la manipulación de una amiga que por mi bien y pensando en mi, me obligaba a hacer todo tipo de cosas que yo no quería. No penséis que eran cosas denigrantes, ni ilegales, no, eran acciones inocentes y sin importancia, que yo hacía coaccionada tras horas de ruegos y suplicas. Cuando este método no funcionaba utilizaba lo que sabia de mi, mis puntos débiles, para hacerme cambiar de opinión, me decía que era por mi bien y para que superara mis complejos”.

“Yo accedía y ella me hacía sentir importante y fuerte por haberla obedecido. Lo curioso es que todos a mi alrededor sabían que esta amiga me manipulaba y cuanto más me lo decían más la defendía y más fuerte me agarraba a ella. Me daba vergüenza reconocerlo. Un día la amistad se rompió cuando no cedí a su chantaje, algo en mi reaccionó y dejé drásticamente de verla. Años después con otra persona volví a sentir la sensación de estar encerrada en una jaula, gracias a ello reaccioné al instante”.

Este testimonio y otros parecidos los escucho frecuentemente en consulta. Casi siempre estas personas han sufrido y mantenido demasiado tiempo una amistad peligrosa que les ha privado de su libertad de decidir.

Por suerte el psicólogo es el especialista adecuado para ayudarte a identificar lo que está ocurriendo y sacar tu fortaleza para que decidas que es lo mas apropiado para ti.

No olvides, que siempre hay algo que el manipulador envidia de ti, puede ser tu belleza, tu inteligencia, tu disciplina… algo de lo que carece y desea.

¿Formas parte de una amistad tóxica?

 

Si dudas si estas envuelto en una amistad tóxica pregúntate lo siguiente:

  • ¿Eres capaz de ser tu mismo y decir lo que deseas?
  • ¿Tu amigo tiene en cuenta tus deseos?
  • ¿Quieres hacer lo que te piden?, ¿Estoy de acuerdo en ello?…
  • ¿Te sientes bien haciendo lo que te piden?

Si respondes a todas las preguntas que “No” plantéate un cambio.

 

  • Aprende a poner límites y a decir que no sin sentirte culpable.
  • Aprende a relacionarte mejor con los demás para no necesitar ser el objetivo de un manipulador.

No hay verdugos sin víctimas, no hay manipuladores sin manipulados.

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Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.

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