El tratamiento psicológico con niños menores de 11 o 12 años se realizará a través de los padres, que se convierten en co-terapeutas y serán entrenados por el psicólogo para evitar las etiquetas diagnósticas en los más pequeños que funcionan como profecías que se auto-realizan. A partir de esas edades se trabajará con los jóvenes directamente y con su familia.
Problemas en la primera infancia: Alimentación, sueño
Tras la lactancia la tarea de los padres es que los niños sigan una correcta alimentación y en muchos casos se convierte en algo complicado ante la insistente negativa de comer ciertos alimentos.
Los niños de entre 2 a 5 años tratan de experimentar su influencia y poder ante sus padres desafiándoles convirtiéndose la comida en una batalla constante. Las tentativas más comunes de los padres para que el niño coma consisten en forzarles “¡a comer y a callar!”, en prometer regalos si deja el plato limpio, en usar el método del sentimiento de culpa “hazlo por mama”, “cuantos niños mueren de hambre”.
Pero las estrategias anteriores resultan ineficaces y generan una oposición aún más firme frente al plato. El psicólogo guiará a los padres a interrumpir las soluciones ineficaces dando pautas concretas para actuar de manera distinta, no solo para que se nutra y crezca sino para que desarrolle el placer de comer y una sana relación con la comida.
El problema del sueño y del lloro insistente es una problemática que pone en crisis a los padres más pacientes. Desde los 6 o 7 meses, tras el destete, el niño debe ser capaz de dormir toda la noche sin comer, si es la hora de dormir y se han excluido malestares físicos y el niño llora debemos resistir a cogerlo inmediatamente. Una madre no muy ansiosa aprende a reconocer el llanto de su hijo, cuando es por hambre, cansancio o dolor.
El psicólogo le ayudará a estudiar su caso y creará un programa específico para que enseñe gradualmente a su hijo a dormir solo.