Terapia familiar

Con las mejores intenciones se obtienen, la mayoría de las veces, los peores efectos. Oscar Wilde.

 

La familia es una organización regida por normas que protegen y permiten que los hijos crezcan, si se vuelven demasiado rígidas producen dinámicas conflictivas entre los miembros. La terapia familiar ayuda a restablecer la dinámica familiar desajustada.

Sobre la base de investigación-intervención en los contextos familiares se han identificado distintos modelos de relación patógena entre padres e hijos que son responsables de la constitución de los problemas. Modificarlos y establecer una sana jerarquía familiar será objeto de la terapia de familia.

A continuación se enumeran los modelos familiares que crean conflictos:

  • Modelo Hiperprotector: el lema es “dime lo que te falta que te lo daremos”, los padres cubren de atenciones y evitan disgustos a los hijos considerados frágiles, y esta profecía se cumple creando hijos temerosos.
  • Modelo Democrático-permisivo: los padres e hijos son iguales, se establece una falta de autoridad; los hijos ven como un signo de debilidad la incapacidad de marcar reglas y no se responsabilizan de sus acciones.
  • Modelo Sacrificante: “el sacrificio te hace bueno”, los padres se sacrifican constantemente por los hijos y se lo hacen saber haciéndoles sentir culpables. El clima familiar es triste y los hijos buscan refugio en los amigos.
  • Modelo Intermitente: existe una ambivalencia, los padres son incapaces de mantener una posición oscilando de un modelo a otro, se transmite el mensaje: “de todas formas estás equivocado”. El hijo crece sin puntos de referencia y tiene dificultades en tomar decisiones.
  • Modelo Delegante: los padres delegan en otras personas su papel de guía, se traduce en: “no cuentes conmigo”. El niño crece carente de reglas claras, los abuelos hiperprotegen y los padres son cómo hermanos, como consecuencia manejan a su antojo a cada miembro para conseguir lo que quieren.
  • Modelo Autoritario: los padres mandan y ejercen su poder de forma rígida y decidida, “se hace lo que yo digo”. Los comportamientos inaceptables se esconden o se evitan y los errores son castigados severamente. La atmósfera familiar es de tensión, los hijos se someten con sufrimiento o se rebelan.

El objetivo de la terapia de familia será cambiar la relación que no funciona entre padres e hijos y establecer una sana jerarquía familiar.

En la terapia con familias trabajaremos con los padres y con los hijos adolescentes y adultos, no introduciremos en consulta a los más pequeños para evitar las etiquetas diagnósticas y estigmatizaciones, y adiestraremos a los padres para que intervengan con sus niños pequeños.

En aquellos casos en los que el miembro de la familia que posee el problema no quiera asistir a consulta se puede trabajar con los otros miembros mediante una terapia Indirecta. Ya que para obtener un cambio en el comportamiento puedo actuar, no sólo sobre el individuo, sino sobre los demás componentes del sistema porque el problema se mantiene gracias a los mecanismos de circularidad, cambiar algo en un sistema produce efectos concretos en todos sus miembros.

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