Trastornos de alimentación

 

El verdadero misterio es aquel que se ve y no el invisible. Oscar Wilde.

Los trastornos de alimentación aparecen después de la pubertad, por lo que en caso de que existan dificultades en esta área en la infancia, se trata de problemas relacionados al miedo y a relaciones con los adultos, que si no se abordan bien, pueden transformarse en un trastorno alimentario más tarde.

Los trastornos alimentarios hacen referencia a la anorexia, la alimentación incontrolada y la bulimia, el vomiting, la sobreingesta compulsiva o bing eating.

Fruto de las investigaciones en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo sobre miles de casos de trastornos alimentarios se ha obtenido un modelo de intervención capaz de recuperar en un espacio de tiempo relativamente breve dichas patologías.

El trabajo terapéutico se realizará tanto con el joven y su familia en el caso de adolescentes, o con el adulto que sufre el trastorno de alimentación.

Anorexia nerviosa.

La anorexia nerviosa es seguramente el trastorno alimentario más conocido y suele afectar a mujeres jóvenes, frecuentemente a adolescentes, a mujeres adultas aunque también, en un porcentaje mínimo, a los hombres.

Se caracteriza por el miedo extremo a engordar que les lleva a la abstinencia, al ayuno prolongado y al adelgazamiento que les puede causar daños orgánicos y la muerte. Consiguen provocarse una anestesia perceptiva y emotiva.

Principalmente las personas afectadas tienden a percibir la realidad a través de un prisma deformante que lo agranda todo, percibiendo su cuerpo más hinchado y con un constante miedo al fracaso que las hace muy disciplinadas en los estudios o en el trabajo.

Está presente la amenorrea (ausencia de menstruación) por la pérdida de peso, o en niñas pre-púberes el retraso de la primera menstruación por no haber alcanzado el peso necesario. Frecuentemente usan diuréticos y laxantes o realizan un exceso de deporte para quemar las mínimas calorías ingeridas.

La terapia psicológica en niñas o adolescentes prevee desde el primer momento la recuperación del peso a través de maniobras que implican directamente a los padres, para luego afrontar los aspectos personales, sociales e intrafamiliares de la anoréxica.

Los intentos de la familia para que coma, la vigilancia y el control generan una dinámica familiar conflictiva, convirtiendo a la persona en el centro de atención con el consiguiente beneficio secundario, por lo que se hace imprescindible intervenir no sólo sobre el afectado sino sobre la familia.

Bulimia.

La bulimia es otro trastorno de alimentación caracterizado por una desenfrenada tendencia a darse atracones, provocada por un placer incontrolable a comer y el consecuente temor a perder el control.

La restricción de los “alimentos prohibidos” en las comidas les lleva a la necesidad de trasgredir o de dejarse llevar sin control.

En consecuencia suelen estar en sobrepeso, u oscilar en subir y bajar de peso, por lo que en ocasiones usan laxantes y se inducen el vómito desarrollando el trastorno del vomiting que se describe más adelante.

Las personas afectadas de bulimia tienen un elevado nivel de ansiedad generado por el sentimiento de culpa de la pérdida de control y su insatisfacción corporal.

Podemos encontrar diferentes tipologías de bulimia, a veces se detectan trastornos depresivos, por lo que el tratamiento no sólo se centrará en restablecer un sano equilibrio alimentario sino en intervenir sobre la manera de percibir y reaccionar ante los demás y ante el mundo.

Vomiting.

El trastorno de Vomiting no existe en la literatura clásica como un síndrome per se, sino como síntoma que puede estar presente en la anorexia y en la bulimia.

Dado el proceso de investigación-intervención realizado por el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo en Italia sobre miles de casos de trastornos alimentarios tratados con éxito, se revela que este comportamiento de vomitar evoluciona, de un mero control del peso o por el sentimiento de culpa del atracón, a una búsqueda del vómito por el puro placer de hacerlo, transformando el “comer y vomitar” en un verdadero ritual basado en el placer.

En ciertos casos la persona pide ayuda directamente porque quiere recuperar otras sensaciones placenteras, pero en otros casos no le interesa eliminar el placer de vomitar que ocupa toda su vida, siendo la familia la que la lleva a consulta.

 

Sobreingesta compulsiva.

El trastorno de sobreingesta compulsiva o bing eating, esta caracterizado por el consumo de grandes cantidades de alimentos sin vómito, y se diferencia de la bulimia por la alternancia de largos periodos de ayuno con largos períodos de atracones incontrolables.

La persona ayuna debido a los atracones y viceversa, y utiliza inconsistentemente para controlar el peso los diuréticos, los laxantes o el ejercicio físico, además de exponerse a intervenciones estéticas frecuentes que abren la puerta a los trastornos somatomorfos (existencia de síntomas físicos sin hallazgos orgánicos demostrables y además hay pruebas de conflictos psicológicos ligados a ellos como la hipocondría, dismorfofobia etc).

 

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